*Pablo fue abandonado por su familia hace un año y desde entonces fue referido por un juzgado a residencias de abrigo y protección de la Secretaría de Bienestar Social -SBS-, primero estuvo en el hogar de Zacapa y ahora está en el hogar Diamante 4. Así lo contó mientras observaba como sus compañeros se divertían nadando en la Laguna del Pino, lugar que visitaron durante una jornada recreativa organizada por los equipos multidisciplinarios. 

Estar en el Parque Nacional Laguna del Pino y poder darse un “chapuzón” fue increíble para Pablo, pues nunca había estado en un lugar así. “Me siento muy feliz y alegre porque es la primera vez que tengo la oportunidad de visitar una laguna. Sentí chilero cuando me metí, por eso le agradezco a Dios el estar aquí y a las personas que nos apoyaron para que pudiéramos venir”, expresó

Rosalinda Orozco, trabajadora social de Diamante 4, explicó que con este tipo de actividades se restituye el derecho a la recreación de los niños y adolescentes lo que contribuye a la estabilidad emocional de estos chicos que han sido vulnerados, es decir han recibido maltrato en todas sus formas, por ello y por orden de juez permanecen en residencias de abrigo y protección. 

“Un niño o adolescente con perfil de maltrato es aquel que ha ingresado por orden de juez ya que ha sido víctima de maltrato en todas sus formas, físico, psicológico o abandonado por su familia”.
Rosalinda Orozco
Trabajadora Social

Además de nadar en la laguna, los niños y adolescentes participaron en una charla sobre entrenamiento canino, impartida por la Escuela Centroamericana Canina, de la Unidad Antinarcótica de la Policía Nacional Civil, que también apoyó con el transporte de los chicos. Orozco indicó que también recibieron la colaboración de la administración del Parque, que facilitó el ingresó de los asistentes.

“Me siento muy alegre, emocionado porque me gusta la naturaleza, estoy feliz. Es la primera vez que visito una laguna y me hace sentir una tranquilidad y paz interior y ver a los demás alegres me emociona. Gracias a todas las personas que nos permitieron venir aquí”.
Adolescente bajo protección
Diamante 4

Texto y fotografías: Carolina Hernández