CASA INTERMEDIA, UN CENTRO DE PRIVACIÓN JUVENIL SIN CELDAS NI BARROTES

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Cuando los diez jóvenes que fueron trasladados a Casa Intermedia dejaron sus celdas nunca imaginaron que se quedarían sin palabras al conocer las nuevas instalaciones en donde tendrán la oportunidad de capacitarse para que al termino de su sanción puedan reinsertarse a la sociedad como personas productivas.

“No hay barrotes, no hay puertas grandes, estoy afuera y puedo sentir el aire, es algo maravilloso”, expresó Erick cuando contó su impresión al entrar por primera vez en la residencia con capacidad para 60 adolescentes.

Arnold, otro de los residentes, dice que sabían del nuevo centro, pero nunca pensaron que sería tan diferente. “Es una oportunidad grande y nos sentimos orgullosos y agradecidos con Dios y con todas la personas que aportaron para que este sueño se hiciera realidad”, declaró. 

Byron también quedó impactado al ver el lugar, a tal punto que dice que es de otro mundo “Es diferente a lo que estamos acostumbrados, las residencias, el ambiente, la confianza; es muy significativo estar acá”. 

Que estos jóvenes estén en Casa Intermedia es un incentivo para el resto de población privada de libertad y para ellos mismos, ya que han cambiado por completo su rutina, que ahora empieza a las cinco de la mañana y finaliza a las nueve de la noche.

El Subsecretario de Reinserción, Francisco Molina, explicó que dentro de Casa Intermedia los jóvenes serán sometidos a una terapia progresiva, que les permitirá avanzar en etapas, hasta estar preparados para salir a la sociedad y continuar con su formación o trabajar.

Entre los principales propósitos de este Nuevo Modelo de Gestión Juvenil, están eliminar los estigmas hacia los adolescentes en conflicto con la ley penal y abrirles puertas en el sector laboral para que puedan llevar un sustento digno a su familia y eliminar la reincidencia. 

En este tema apoyará el Patronato Nacional del Modelo de Gestión Penitenciaria, que dentro de sus integrantes hay empresarios dispuestos a abrir puertas para que se incorporen a la vida productiva del país, incluso, ya hay tres empresas comprometidas a capacitar y crear espacios de trabajo para estos adolescentes.

Esto motiva a los jóvenes a querer dejar su pasado atrás y enfocarse en nuevas metas, en otro futuro. Reconocen que su proceso dentro de los centros de privación de libertad no ha sido fácil, eso les ha ayudado a cambiar su mentalidad y se han dado cuenta que tienen potencial para sobresalir.

Por ejemplo Erick tiene facilidad de palabra, lo que le permite improvisar a la perfección letras de rap, pero no solo eso, también le gusta la cocina y la mecánica, oficio que desde pequeño ha aprendido y que quiere explotar en su propio taller. 

Arnold quiere estudiar psicología para ayudar a otros jóvenes que pasan por su misma situación. Entre risas dice que quisiera trabajar para la SBS, donde ha conocido gente que le ha tendido la mano a pesar de su pasado. 

Mientras que la música también corre por la sangre de Byron, quien ha propuesto que se impartan talleres de canto, pero no solo eso, cuando salga quiere emprender su propio negocio, por eso dice que aprovechará todas las capacitaciones  que le impartan en Casa Intermedia. 

Es así como este nuevo régimen iniciará con estos primeros diez adolescentes en conflicto con la ley penal, dándoles las herramientas necesarias para convertirse en ciudadanos responsables que aportarán positivamente a sus familias y sobre todo al país. 

Paulatinamente el Nuevo Modelo de Reinserción Juvenil abarcará los demás centros bajo la administración de la SBS, que es un proceso de Estado, que cambiará la forma del modelo acostumbrado, para entregar a la sociedad buenos ciudadanos, evitando la reincidencia.

 

Texto: Carolina Hernández
Fotografías: Nadia Cabrera