El olor a pepián inunda el comedor, 191 platos están servidos. Los buses empiezan a llegar. “Bienvenido *Jonatan, bienvenida *Rosa, pasá adelante *Sebastián, que bueno tenerte de vuelta *Karina”, se escucha decir mientras las niñas, niños y adolescentes descienden y tocan el suelo de su patria. 

El grupo que fue retornado desde México viene dividido en seis buses tipo pullman y de acuerdo con la directora del albergue Casa Nuestras Raíces, Maripaz López,  este es el retorno más grande de niñas, niños y adolescentes migrantes no acompañados que han recibido durante 2022, por lo que debieron habilitar un área extra para atenderlos.

Tras ubicarse para almorzar reciben palabras de bienvenida y son informados de cuál sería el procedimiento para agilizar la reintegración con sus familias, la cual no debe sobrepasar las 72 horas. De hecho, casi la mitad regresará a su casa este mismo día, pues sus padres, tíos o hermanos ya los esperan. 

Después del almuerzo los Operadores de Protección Infantil -OPI- empiezan con las actividades lúdicas, mientras que de uno en uno, las niñas, niños y adolescentes son atendidos por las trabajadoras sociales, psicólogos y médicos. Además todos reciben un kit de higiene. 

Dentro del grupo ingresaron dos adolescentes positivos a COVID, por lo que se aplicó el protocolo establecido y fueron llevados a una habitación de aislamiento en donde se les proporcionaron todas las atenciones que requerían, su estado de salud era estable.

Mientras tanto en la cocina no para el trabajo, pues al terminarse el almuerzo empezaron a preparar la cena, cuyo ingrediente secreto fue el amor por servir a la niñez y adolescencia guatemalteca. “No hemos parado desde muy temprano para que ellos puedan tener un plato de comida calientito”, dice una de las cocineras. 

La directora Maripaz López indica que en el albergue Casa Nuestras Raíces Quetzaltenango se atienden a las niñas, niños y adolescentes migrantes no acompañados que ingresan por territorio mexicano. “Nosotros estamos presentes en la frontera con los OPIS, salimos de acá de Quetzaltenango todos los martes y jueves hacia el centro de recepción y tenemos el acompañamiento de PGN”, explicó.

López resaltó que uno de los principales objetivos cuando los menores de edad ingresan en el albergue es que se sientan en casa y felices de estar de vuelta en Guatemala, es por ello que la primera comida que se les proporciona es un plato cien por ciento chapín como el pepián o carne guisada y por supuesto frijolitos para la cena. 

Además, quienes no pueden ser reintegrados el mismo día se quedan a dormir en espacios dignos en donde se cuentan con camas, sábanas y ponchos limpios. También hay duchas, servicios sanitarios y ropa para que puedan cambiarse.