El Día del Cariño o el Día del Amor y la Amistad, es una celebración que une a las personas en gran variedad de festejos, pero también es una época propicia para hablar con tus hijas e hijos respecto a este tema de interés en su desarrollo personal y social. 

Para ello, dos psicólogas de la Familia SBS nos explican la importancia de esta fiesta, más allá de lo comercial, y nos ofrecen algunos consejos de cómo enseñarles a cultivar los valores desde la primera infancia hasta la adolescencia. 

Jéssica Martínez, psicóloga del Departamento de los Centros de Atención Integral -CAI-, señala que al festejar días especiales según el calendario ayuda a que las niñas y niños pequeños se sitúen en el tiempo y los hace sentirse pertenecientes al grupo de personas con el que conviven. 

“Aunque la amistad debe valorarse a diario, destinar un día a festejarla, ayuda a los niños a ser conscientes del agradecimiento por tener amigos. Además, se establece la importancia de conmemorar los sentimientos y emociones que surgen al contar con personas que nos brindan su amistad”, recalcó. 

Según la experta, en la etapa de la primera infancia se puede fomentar el valor de la amistad por medio del ejemplo, pues las niñas y niños observan el trato y la valoración de sus padres hacia otras personas amigas. 

“Si los padres cuentan con relaciones sanas y con una red de apoyo amplia, los niños aspiran a fomentar este tipo de vínculos con sus pares y comprenderán que los amigos son personas amadas que elegimos para formar parte de nuestra vida”, añadió. 

El interés social, según Martínez, comienza desde el inicio de la vida cuando las y los pequeños se interesan por otros bebés. Antes de los dos años tienen un juego individual y sus interacciones con otros niños son poco a poco, pero es importante exponerlos a la socialización de forma temprana para que experimenten situaciones como esperar turnos, compartir o escuchar a otros. 

“Conforme son más conscientes de sus propios gustos e intereses, se acercan más a niños que los comparten y ahí es cuando se consolidan las amistades. A partir de los cuatro y cinco años buscan afinidades y si tienen una orientación adecuada, los desacuerdos que tengan se pueden resolver y fortalecer la amistad”, recalcó

¿Qué hago con mis adolescentes en casa?

Aunque durante todo su desarrollo, las hijas e hijos requieren orientación, es en la adolescencia cuando es importante brindar especial atención a las relaciones humanas, principalmente en la amistad y el amor.

Farah Morales, psicóloga del Departamento de Acogimiento Familiar Temporal (AFT), explica que, en esta etapa de la vida, empiezan a establecer su personalidad, sus gustos y forman sus propios criterios, así que es necesario que se tenga, principalmente, un fuerte vínculo de confianza para hablar de estos temas, que a veces pueden resultar difíciles.

“Hoy en día, el Día del Cariño se ha comercializado mucho, por eso es importante que les expliquemos de qué se trata realmente el amor, y que este es un sentimiento que se llega a sentir no solo hacia una pareja sentimental, sino a otras personas como familiares, amigos e incluso mascotas”, apuntó.

En esta edad puede haber mucha confusión ante la atracción por otras personas, así que hay que establecer algunas reglas que se deben definir en cada hogar, añade la profesional, quien aconseja que el permiso de tener una pareja se les puede dar a partir de los 18 años.

Para Morales, un aspecto importante es el vínculo de confianza que se debe formar y fortalecer entre los padres e hijos, para que sientan que pueden contarles, pedir consejo e incluso hasta compartir experiencias.

“A veces creemos que puede ser difícil, pues como padres tratamos de que nuestras palabras no los orillen a creer que ya tienen permiso para tener una pareja sentimental, pero es importante mantener una comunicación con afecto”, aconsejó.

Otro aspecto fundamental es enseñarles que el amor y el cariño jamás se demuestran por medio de enojo, golpes, acoso, insultos, chantajes o castigos, y que así eviten caer en relaciones abusivas o de riesgo. Contrario a esto, existen otras muestras como el tiempo de calidad, escuchar y los buenos gestos.

“Al final, el amor está en nuestras vidas siempre y recordar que existen diferentes tipos de amor nos ayuda a saber expresarnos mejor. Nuestros hijos verán nuestro ejemplo y entonces podrán desarrollarse mejor”, finalizó.

Texto: Carolina Hernández y Cecilia García
Fotos: Archivo SBS