Alex* y Javier* (nombres ficticios) son dos hermanos que durante varios años fueron víctimas de maltrato en su hogar, sin embargo, ahora cuentan con la protección y abrigo de la Secretaría de Bienestar Social -SBS- por orden de un juzgado de Niñez y Adolescencia, para que sus derechos sean restituidos y reciban todo el apoyo necesario para salir adelante.

Como ellos, 934 niñas, niños y adolescentes se han atendido en lo que va de 2023 en los servicios de atención residencial que presta la subsecretaría de Protección, con diferentes programas orientados a las necesidades de las niñas, niños y adolescentes.

“Tuvimos situaciones muy difíciles con mis papás y al principio, cuando nos trajeron para acá, fue triste, pero nos dieron mucho apoyo para superar lo que pasó y que nos pusiéramos a pensar más en nuestro futuro”, reflexionó Javier*, el mayor de los dos.

Cuando en un juzgado se decide que la Familia SBS preste abrigo y protección, cada niña, niño y adolescente que ingresa a una de las residencias recibe atención especializada y multidisciplinaria, para abordar el trauma de la vulneración de sus derechos.

“El maltrato tiene diferentes niveles, y dependiendo de estos, así va a ser el trauma que se genere. Nosotros, como Familia SBS lo que hacemos es abordar el trauma y tratar de reincorporarles a la sociedad, pero ahora con la comprensión de que hay otros mecanismos para comunicarse o enfrentar problemas”, señaló el subsecretario de Protección, Carlos Gómez.

La atención del trauma es un proceso que tiene el acompañamiento de equipos multidisciplinarios de profesionales que observan y trabajan de cerca la evolución, por medio de atención médica, psicológica, educativa, entre otros.

El subsecretario explicó que en ocasiones las niñas, niños y adolescentes vuelven a entornos en los que viven violencia de nuevo, y por ello es importante trabajar con los padres o cuidadores, algo que se hace por medio de programas como Escuela para Padres, para darles acompañamiento en el proceso de reunificación familiar.

También hay procesos de derivación, en los que se trabaja con la familia en conjunto, esto se hace en las sedes de Casa Joven, donde se trabaja con padres de casos comunitarios y casos enviados por orden de un juzgado.

“Se trabaja de forma integral con la Escuela para Padres, liderazgo para los adolescentes y Creciendo con Amor para todas las niñas y niños; el fin es prevenir la violencia en casa, crear un ambiente más amigable y familiar”, comentó Michelle Palma, encargada de Casa Joven Mixco.

Texto: Cecilia García
Fotos: Archivo SBS