En el pasado, pisar un centro juvenil de privación de libertad era un trago amargo que, de la noche a la mañana, cambiaba la vida de cualquier adolescente. Sin embargo, con el nuevo Modelo de Gestión Juvenil -MGJ-, implementado por la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia -SBS-, los adolescentes tienen una nueva oportunidad para reconstruir la historia de sus vidas.

Sonia* busca con su testimonio que otras adolescentes retomen el buen camino.

El MGJ se basa en rutinas diarias como parte de la política de Ocio Cero y acompañamiento psicológico, entre otros ejes principales que sirven para lograr una reinserción digna a la sociedad. Este modelo de trabajo fue el salvavidas que Sonia* (nombre ficticio) necesitaba para reivindicar su camino y convertirse en un ejemplo vivo de que todos merecen una segunda oportunidad.

Ahora, con un objetivo de vida diferente, Sonia* solicitó a las autoridades judiciales que se le otorgara el permiso para asistir al Centro Juvenil de Privación de Libertad para Mujeres -CEJUMPLIM- Gorriones para compartir su experiencia con otras adolescentes y contarles cómo recibir la atención adecuada le cambió la vida.

El nuevo Modelo de Gestión Juvenil busca una reinserción digna llena de oportunidades.

Con su frase “no estaba haciendo las cosas bien”, Sonia* explicó a las residentes de Gorriones la importancia de hacer un alto. Además, detalló la paz que fue para ella buscar a Dios como su refugio y cómo fue enfrentarse nuevamente al mundo con metas establecidas para continuar con sus estudios y obtener una oportunidad laboral para salir adelante.

Hoy, Sonia* busca renovar el permiso judicial para continuar visitando a sus excompañeras y así aportar un granito de arena por medio de su testimonio, para que otras jovencitas logren su reinserción a la sociedad.

Texto: C. M.
Fotos: Archivo