Ya pasaron cuatro meses desde que, por segundo año consecutivo, empezó a funcionar el vivero de pascuas en el Centro Juvenil de Detención Provisional –CEJUDEP- Etapa, cuyo cuidado y mantenimiento está a cargo de adolescentes en proceso de reinserción, que han aprendido todo sobre el cultivo de esta flor, característica de la época navideña.

Las mil pascuas que son cuidadas por los adolescentes ya están frondosas “Y aún falta que crezcan más”, dice *Javier, uno de los chicos que trabaja en el proyecto. Explica que ahora están en la fase de coloración. “Si usted ve los tallos el color ya va subiendo. Uno piensa que la flor nace, pero no, son las hojas las que cambian de verde a rojo”, nos cuenta.

Además de aumentar el número de plantas cultivadas este año, también se varió de colores. Ahora se incluyó flor fucsia, amarilla y por lo menos tres tonalidades de rojo. “Les tenemos que echar distintos tipos de fertilizante, calcio y químicos para cuidarlas de las hormigas, arañas, moscas o cualquier tipo de plaga que las pueda dañar”, dice *José, otro de los adolescentes a cargo.

Ocio cero y herramienta para el futuro

Mientras cuenta sobre todo el proceso que ha llevado para que las pascuas ya empiecen a tomar color, *Cesar riega con agua cada maceta. Él ya sabe la cantidad exacta que necesitan. “Me siento feliz, porque puedo decir que ha valido la pena cada segundo que he pasado acá. Antes no sabía nada sobre el cuidado de plantas, aquí esto me ha servido de entretención, pero la idea de salir y poder especializarme en floricultura me motiva mucho”, dice.

“Uno es feliz aquí, trabajando con las plantas, nos hemos dedicado bastante para que ellas crezcan hermosas, en un mes ya todas estarán rojas para que en Navidad estén en su punto máximo de color. No hay nada más bonito que ver como el trabajo de uno va dando fruto. Esto nos demuestra que para llegar a ser unas personas buenas se lleva un proceso”, expresa *Marvin, otro de los muchachos.

El director de operaciones y quien ha impulsado este proyecto cuenta que este nació de la estrategia  Ocio Cero, impulsada por el secretario Francisco Molina desde 2020, lo que ha permitido que los adolescentes se desarrollen física y mentalmente dentro de Etapa. “El año pasado tuvimos una efectividad del 80% y este año ya tenemos la experiencia, por lo que casi llegaremos al 100%”, contó.

Explicó que una parte de lo recaudado con la venta de pascuas será utilizado para organizar actividades recreativas con los adolescentes a fin de año y otra será  reinvertida en el vivero de 2022, el cual podría expandirse una vez más.