Cada vez que Elías* (nombre ficticio) camina, lo hace con la espalda erguida, con la frente en alto, con mucha seguridad y con una sonrisa en el rostro que inspira confianza y amabilidad a cualquiera que lo ve acercarse; nadie creería que hace poco más de cuatro años su figura inspiraba miedo en las calles y que él mismo se consideraba como un peligro para la sociedad.

-Los estaba buscando, tengo que contarles algo que me tiene muy emocionado. 
-¿Cómo estás? ¿Qué es lo que nos quieres contar? 
-Recuperé mi libertad. Voy a regresar con mi familia antes de lo que tenía pensado.

Una calurosa noche de junio de 2023, Elías* tenía un fuerte sentimiento en el corazón y decidió hincarse para encomendarse a Dios antes de dormir y pedir por el día siguiente, el que, aun sin saberlo, marcaría el final de un capítulo en su historia. 

-Dios, sé que mañana será un día decisivo y quiero encomendarme en tus manos. Si es conveniente que yo me vaya, así va a ser. Pero si es tu voluntad que me quede, lo voy a tomar de la mejor manera posible y seguiré luchando siempre. 

El deseo de su corazón se cumplió al día siguiente, cuando asistió a la audiencia que tenía en el juzgado, y en la que la jueza a cargo de su caso decidió levantar la sanción impuesta, esto a causa de su buen comportamiento y la evolución evidente que logró en Casa Intermedia, uno de los programas de la Secretaría de Bienestar Social -SBS-.

El programa de alto rendimiento desarrollado bajo el Modelo de Gestión Juvenil está especializado en encaminar a adolescentes y jóvenes privados de libertad en las últimas fases del cumplimiento de su sanción, para que al salir tengan las herramientas adecuadas para continuar su vida sin reincidir en actos delictivos, tal como ahora las tiene Elías*.

-¿Saben? Esto me llena de mucha alegría porque luché por todo esto. Y esta nueva persona, este joven cambiado es el regalo que le quiero dar a mi familia. Pienso especialmente en mi mamá porque ella siempre estuvo conmigo en el proceso, se convirtió en el pilar que me sostuvo, que me dio ánimo en cada visita, a ella le debo parte de mi transformación.

-Fui un niño rebelde, un niño que no sabía qué hacer. Ahora soy un joven con más madurez, una persona que estudia y tiene metas trazadas. Esas pequeñas cosas se vuelven grandes cuando veo hacia atrás y sé que mi familia se sentirá bien conmigo.

-Yo pienso que tomé el tren equivocado, pero este me trajo al lugar correcto, a Casa Intermedia. Este es el lugar donde crecí, donde pude desenvolverme, donde mis compañeros y yo encontramos comprensión; y aunque eso es parte de lo que voy a extrañar, sé que me espera un camino que estoy dispuesto a recorrer con fe y esperanza. 

Finalmente, el día llegó. Elías* se despidió de sus amigos, de los agentes de Vigilancia y Tratamiento Juvenil -VTJ- y recorrió el patio para encontrar a su familia, que llegó al amanecer a buscarlo. Hubo abrazos, sonrisas, agradecimientos. Salieron juntos de Casa Intermedia. La puerta sonó fuerte al cerrarse, Elías* volteó y sonrío porque entendió que este es el cierre de una etapa de su vida, a la que volverá transformado.

Texto: Cecilia García
Fotografías: Luis Sajché
Video: Rudy Hernández