Giovanna* (nombre ficticio) despertó muy de madrugada junto a una docena más de adolescentes y jóvenes, se vistieron con ropa adecuada para la cocina y comenzaron una jornada de trabajo que horas después les dejaría mucha satisfacción.

Esa fue la madrugada de preparación de los alimentos y los últimos toques a los artículos que las 15 adolescentes y jóvenes vendieron en la primera Feria de Emprendimiento que se organizó en el Centro de Juvenil de Privación de Libertad para Mujeres -CEJUPLIM- Gorriones.

La feria, que también es un proceso educativo, fue una práctica para entender todo sobre la actividad comercial y por ello participaron en la planificación y la elaboración de su presupuesto, la ejecución de las recetas y la fabricación de los artículos, para luego venderlos y hacer un balance de gastos y ganancias.

Giovanna* junto con una de sus compañeras preparó repollo, salsa, perejil, cebolla, pollo y tortillas con las que realizaron porciones de tacos. Así como ellas, otros equipos prepararon crepas, dobladas, papas fritas, licuados, chocofrutas y paletas de chocolate.

Ely* (nombre ficticio), maestra de las residentes, comentó que la actividad y el aprendizaje les permite contar con experiencia para crear sus propias fuentes de empleo e ingresos económicos, y que entonces sean autosuficientes.

“Aprenden responsabilidad, a ganar y perder, entre otras habilidades. Lo que ellas ganaron servirá para comprar algunas cosas para sus hijos, pues algunas son madres, y otras enviarán ese dinero a sus familias”, explicó la profesional.

Además de los alimentos, una de las adolescentes elaboró llaveros tejidos; mientras que otra dupla presentó carteras y canastos hechos con rafia.

“La verdad me siento muy contenta no solo de participar en la feria, sino de ver que mis productos se vendieron. Uno siente confianza y sé que esto me va a ayudar más adelante”, reflexionó Ana* (nombre ficticio), una de las jóvenes que elaboró y vendió productos de rafia.  

Texto, fotografías y video: Cecilia García