“Hay publicaciones sobre adopciones y acogimiento familiar temporal, pero la gente solo se compadece de lejos. Hay que intentarlo y tomar esto como un privilegio porque hay mucha necesidad”, así reflexionó Ingrid de Taracena, una madre que brinda Acogimiento Familiar Temporal.

La Secretaría de Bienestar Social cuenta con este programa en la Subsecretaría de Protección y Abrigo, sin embargo, también hay otras instituciones privadas como Buckner Guatemala que ofrecen este servicio. Cada una de estas entidades, cuenta con la certificación y aval de la SBS para proveer hogares temporales a la niñez y adolescencia.

La familia de Ingrid de Taracena es una de las que se unió y pasó por un proceso de formación antes de abrir las puertas de su hogar, y compartir el tiempo de su familia para darle resguardo a niños y adolescentes, cuando se les requiera.

“Tengo tres hijos grandes, y siempre quisieron un hermanito, pero eso ya no era posible; así platicamos con mi esposo, y después de averiguar sobre programas como este, decidimos inscribirnos. Después de pasar por varios estudios nos aprobaron”, expresó.

Cada familia de Acogimiento Familiar Temporal recibe apoyo de un equipo multidisciplinario para el correcto resguardo de los menores de edad.

Después de su certificación, pasaron algunos meses para empezar a atender a menores de edad, pero cuando el momento llegó cada uno de los miembros de la familia estaba preparado y con ansias de ayudar.

“Como mamá, pensé que *Dylan, el niño que nos asignaron llegaría asustado y que tal vez lloraría, mientras se habituaba a nosotros; pero fue todo lo contrario, cuando llegó durmió bien, comió y siempre tuve ayuda de las trabajadoras sociales”, relató.

La vida de los Taracena cambió en muchos aspectos, y ahora acumulan nuevos recuerdos mientras todos contribuyen para que el pequeño a su cargo se sienta más seguro, tenga un mejor desarrollo y tenga mayor estabilidad emocional y moral.

“De una u otra forma Dios le habla a uno para cumplir sus propósitos. Sé que al entregarlo será difícil, pero estamos en toda la disposición de recibir a más niños y niñas que necesiten de nuestro granito de arena”, afirmó Ingrid.

En algunas ocasiones los jueces de Niñez y Adolescencia conceden visitas de los padres biológicos a sus hijos, que son supervisadas, mientras se resuelve su situación jurídica.