Casa Nuestras Raíces Guatemala es uno de los dos albergues en los que se recibe a los niños, niñas y adolescentes migrantes no acompañados que retornan al país. En sus instalaciones se brindan atenciones humanitarias mientras se reúnen con sus familias.

El albergue ahora cuenta con instalaciones mejoradas que incluyen dos áreas de jardines, espacios para actividades lúdicas, una amplia cocina, así como habitaciones adecuadas y dignas para que las niñas, niños y adolescentes tengan donde descansar.

“También se ampliaron las baterías de baños y duchas; se adecuaron las instalaciones para la atención de niños, niñas y adolescentes con discapacidad física, y ahora cada profesional de psicología y trabajo social cuentan con un área específica para brindar su servicio”, expresó Cecilia Díaz, directora de Protección Especial y Atención No Residencial.

Los trabajos de readecuación se realizaron con el apoyo de USAID Guatemala y la Organización Internacional para las Migraciones -OIM-, uno de los socios de la Secretaría de Bienestar Social -SBS- para la atención de la niñez y adolescencia en diferentes programas, incluyendo Casa Nuestras Raíces.

Stéphanie Daviot, jefa de misión de OIM Guatemala, indicó que tan solo en 2022, casi 200 mil personas retornaron a Guatemala y entre ellos hubo una gran cantidad de niños, niñas y adolescentes migrantes no acompañados.

“Por ello trabajamos con la SBS para brindar asistencia y protección a estos niños y niñas. Al volver, no conocen a nadie, no tienen familiares y por eso es importante contar con este espacio para brindarles asistencia humanitaria, comida, ropa, mientras se busca a su familia y una solución duradera para que regresen a su hogar”, apuntó.

Antes de la renovación de los espacios, el albergue tenía capacidad para atender a 50 niñas, niños y adolescentes migrantes no acompañados retornados y en tránsito, misma que fue duplicada para dar los servicios a la niñez y adolescencia.

Texto y fotografías: Cecilia García