A las 5:30 de la mañana, cuando comienza la rutina de muchas personas, en 12 puntos de la Ciudad de Guatemala y de municipios cercanos 400 adolescentes estaban listas y listos para abordar buses y tener un día inolvidable.

Las y los participantes forman parte de los programas de Casa Joven y de las residencias de protección y abrigo de la Subsecretaría de Protección de la Familia SBS. Por esta razón, la reunión única tuvo un significado poderoso para cada adolescente que participó.

“Tengo 17 años y vengo de Diamante IV. El campamento me gustó mucho porque vine a conocer más gente, a compartir con viejos amigos y especialmente a ver a mi hermana, que también está en una de las residencias para mujeres”, relató Jorge*, uno de los participantes que forma parte de los hogares de protección y abrigo.

Después de pasar por todas las competencias y sumar puntos, el equipo blanco fue el ganador del Campamento 39.

En el caso de los usuarios de Casa Joven, se trata de adolescentes que reciben atención psicológica, formación académica o capacitación técnica, además de que sus familias también participan en los programas Creciendo Bien y Escuela para Padres. Sin embargo, ellos no están bajo resguardo directo de la Familia SBS, es decir que viven con sus familias.

Mientras, las y los adolescentes de las residencias de protección Zafiros -para mujeres- y Diamantes -para varones-, sí se encuentran bajo tutela y protección de la Secretaría de Bienestar Social, donde se trabaja por la restitución de sus derechos y promover su bienestar integral.

“Estas actividades ayudan a que tengan una perspectiva diferente para ver la vida. Disfrutaron la convivencia con otros adolescentes y esto contribuye a que se abran y platiquen con más personas. Fortalece sus capacidades para que el día de mañana socialicen de una forma sana con el resto de las personas”, expresó el educador de Diamante II, Wilson Hernández, quien acompañó a su grupo al campamento.

Acción, diversión y educación

Después de la convivencia, durante en el almuerzo, las y los adolescentes fueron separados en grupos por colores, escogieron capitanes para portar su bandera y se organizaron para crear porras originales para identificar a su equipo.

Con los equipos formados, las y los adolescentes recorrieron ocho estaciones de juegos acuáticos y ocho de juegos terrestres, donde pusieron a prueba sus destrezas físicas y también aptitudes como la colaboración, el trabajo en equipo e incluso la solidaridad.

Las estaciones no solo sirvieron para los momentos de competencia y diversión, sino como un ejemplo para explicar principios de fe y valores que contribuyen a su crecimiento espiritual y social.

Irma López, educadora de Casa Joven Villa Nueva, comentó que esta experiencia es importante no solo para ayudarles a salir de sus zonas de comodidad, sino además para divertirse y aprender.

“Atendemos a adolescentes que tal vez han sido marginados o excluidos, y este tipo de experiencias les ayudan a liberarse a tener un cambio con las enseñanzas y el devocional que tuvieron con los consejeros”, expresó.

Casa Joven es el programa que sirve a las niñas, niños y adolescentes y sus familias de forma externa. Este se encuentra en Mixco, Amatitlán, Villa Nueva, Peronia y Palencia. 

Las residencias para adolescentes bajo protección y abrigo de la Familia SBS son llamadas Zafiro y Diamante.

Texto y fotografías: Cecilia García